lunes, 13 de octubre de 2008

Mucho ruido y pocas nueces - Epilogo


MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
de
William Shakespeare


Esta obra marco un antes y un después del Ruiseñor, con su rotundo éxito, fue la que abrió todas las puertas a un mundo de posibilidades.
Volviendo a mis grandes amores de juventud, no podía pasar por el Teatro sin llevar a escena una obra del que había sido mi mas grande inspiración, William Shakespeare.
Shakespeare el mas grande de los escritores, conocedor de la mente humana y sus defectos y virtudes, fue el padre de mi historia. Versionada pero fiel al contexto, dirigí esta obra musical con mucha cautela de no molestar jamas al amante del escritor, y sin intención alguna de mejorar lo que era ya perfecto.

No hay comentarios: